INTRODUCIÓN
Dentro de los factores de riesgo más importantes, nos encontramos como factores intrínsecos, a la lesión previa (no modificable), la fatiga y los desequilibrios musculares. Como factores extrínsecos, la reducción del tiempo de recuperación entre competiciones y la carga de entrenamiento antes de la competición. También la eficiencia del movimiento y la aptitud influyen a la hora que se produzca una lesión.Cabe destacar esta última mencionada, ya que, va directamente relacionada con la fatiga.
Dentro de los saltos horizontales, nos podemos encontrar, estrés en el ligamento cruzado anterior, tendinitis rotuliana, esguinces o torceduras por las caídas, contracturas o desgarros en despegues y aterrizajes. Estos factores se presentan más adelante, en las tablas del artículo 1.
El mecanismo lesivo que se produce en estas modalidades deportivas es un mecanismo lesional directo, ya que no hay contacto.Un ejemplo es el estrés que sufre el LCA al aterrizar y además supone un 85% de las ocasiones en las que ocurre una lesión severa en estos deportes. En este caso los mecanismos lesivos agudos son musculares y ligamentosos ya que se producen sin contacto.
Para finalizar la introducción cabe destacar que en estas modalidades deportivas el menisco interno es más vulnerable, siendo la extensión y la rotación los mecanismos más proclives a lesionar dicha estructura.
ARTÍCULO 1
Roturas fibrilares
Este artículo habla sobre las principales lesiones musculoesqueléticas de miembro inferior en velocistas y aunque nuestro trabajo trata de saltar en el componente horizontal hablaremos de las roturas fibrilares ya que es una lesión que se encuentra comúnmente en la primera fase de la disciplina, la carrera de aproximación.
Según el artículo, las lesiones se dan por diversos factores de riesgo. los cuales podemos dividir en intrínsecos “cuando es atribuible al propio individuo” o extrínsecos “condicionantes de la posibilidad de padecer un proceso mórbido determinado externo al individuo, es decir, a su entorno (Sáez et al, 2005).
Estos son los principales factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos
Dentro del atletismo, podemos tomar en cuenta factores intrínsecos la fuerza muscular, el rango de movilidad, y el sexo y edad de los deportistas. Por otro lado, como factores extrínsecos tenemos la ropa y calzado, y la zona donde se desarrolla la actividad. La propia realización del deporte, aunque tienen efectos positivos, es por sí un factor de riesgo.
Teniendo en cuenta todos los posibles factores de riesgo es más probable que seamos capaces de prevenir o tratar cualquier tipo de lesión que se pueda dar en el deportista.
Si prolongamos en el tiempo un alto nivel de exigencia en la práctica deportiva podemos facilitar la aparición de lesiones ya que el deportista no absorbe la misma cantidad de energía y además genera alta tensión en la fase de contracción excéntrica (Santiago et al, 2013). Para evitar esto, se debe de llevar a cabo trabajos de fuerza resistencia que evitarán la sobrecarga muscular en el deportista (Cardero 2008).
Eventos que pueden desencadenar en una lesión pueden ser un incremento del volumen de entrenamiento, una técnica de ejecución indebida o errónea o la falta de un calentamiento o estiramientos suficientes.
Respecto a la rotura fibrilar, es un tipo de lesión muscular severa, grupo en el que se encuentran lesiones como hernia muscular, desgarro muscular o miositis osificante.
Se define como un desgarro o rotura parcial del músculo, que se puede dar en pruebas de velocidad, en entrenamientos o en pruebas de salto. El deportista con esta lesión siente un dolor punzante que a veces crea una impotencia en la zona lesionada. Clínicamente se puede confirmar esta lesión a la vista de tumefacción en la zona afectada o una hendidura.
Según García y Arufe (2003) las roturas de fibras demandan atención pueden ser originadas por el alto número de contracturas y sobrecargas lo que resalta la importancia de tener una adecuada técnica deportiva.
ARTÍCULO 2 Mollá, A. L. ESTUDIO DE LA EFECTIVIDAD DE UNA PROPUESTA DE ENTRENAMIENTO NEUROMUSCULAR INTERVÁLICO PARA LA ESTABILIDAD EN SALTADORES Y VELOCISTAS.
Este artículo trata de un estudio llevado a cabo para comprobar la efectividad de una propuesta de entrenamiento neuromuscular interválico para la estabilidad en saltadores y velocistas. En su metodología, a parte de encontrar la población estudio y la intervención, aporta datos interesantes sobre factores de riesgo y mecanismos lesivos en las lesiones más comunes de estas disciplinas. También aporta datos previos encontrados en diferentes competiciones importantes, con datos de porcentajes de lesiones encontradas en estos.
Centrándonos en este punto, a continuación se detallan los mecanismos lesivos encontrados en lesiones de tobillo, pies y óseas, ya que unas de las lesiones más frecuentes en saltos es el esguince de tobillo:
Mecanismos lesivos
En cuanto al tobillo: el mecanismo productor del esguince consiste en un movimiento violento de supinación del astrágalo con el pie en flexión plantar, es decir, una torsión del pie con respecto al resto del cuerpo. El astrágalo queda en anteriorización, llevando a la tibia a una posteriorización y al peroné en abducción, en los segmentos distales de estos dos últimos. Dicho hueso bascula en la mortaja tibioperonea produciéndose la lesión del ligamento peroneoastragalino anterior.Secundariamente, si la violencia supinadora persiste, se lesionará el ligamento peroneocalcáneo conjuntamente con la cápsula anterolateral del tobillo.
Puede haber dos tipos:
Por inversión: el mecanismo de lesión más frecuente es la torsión del tobillo en inversión y flexión plantar. El ligamento que con mayor frecuencia se desgarra es el lateral externo y sobre todo su haz peroneoastragalino anterior. Pueden asociar lesiones capsulares, de la vaina de los tendones peroneos o fracturas por desinserción.
Por eversión: El esguince interno es más raro, debido a que es un movimiento limitado por el tope del maléolo externo y por la gran consistencia del ligamento deltoideo. Se debe descartar en este caso lesiones asociadas como fractura del peroné distal (maléolo) o proximal (cuello o “maissonneuve”) e incluso del astrágalo (cúpula y apófisis lateral).
Esta articulación presenta una tendencia a ser forzada en inversión. En el 73% de este tipo de lesiones queda afectado el ligamento peroneoastragalino anterior. Esto es debido a que es el más solicitado en flexión plantar y cajón anterior del astrágalo. También se ha descrito el problema del tiempo de reacción de los músculos peroneos ante una inversión.
En cuanto al pie: En esta disciplina es la parte del cuerpo especialmente expuesta a lesiones ya que siendo la única parte del cuerpo en contacto con la superficie de apoyo, recibe directamente el impacto. Además, es importante tener en cuenta que el pie tiene gran cantidad de mecanorreceptores.
En este caso, el estudio considera que para la fase de carrera del salto se asociaría con lesiones solo la alineación del antepié, ni la del mediopié ni la del retropié. Puesto que es el apoyo realizado a velocidades superiores a cinco metros por segundo. Se dirige del mediopié al antepié, evitando apoyar el retropié. Aunque en la fase de batida , podrían tenerse en cuenta las otras alineaciones.
Junto con el arco medial longitudinal del pie, el arco transverso absorbe el impacto y genera la propulsión.
Por último, la deformidad en el arco transverso se ha asociado con el síndrome de estrés tibial medial. Se trata de una lesión común por sobrecarga en atletas. También influye el arco en el ángulo Q de la rodilla, interviniendo así en lesiones de la pierna.
En cuanto a lesiones óseas: Las lesiones óseas por estrés son causadas por repetición de impacto. Estas lesiones suponen el 10% de las lesiones vistas en las clínicas de medicina deportiva. Estudios prospectivos reportan una incidencia del 21% en atletas.
Hay una elevada prevalencia de lesiones edematosas, tanto en el periostio como en la médula ósea. Estas últimas revisten mayor gravedad.
Las regiones de mayor incidencia de lesión ósea trabecular son el cuello femoral, el sacro y la pelvis. Las lesiones óseas corticales involucran tibia, peroné, metatarsianos, escafoides y sesamoideos del primer dedo.
En cuanto otros factores a tener en cuenta: Factores psicosociales.
Además de los factores estructurales, debemos tener en cuenta que los factores psicosociales también intervienen en la estabilidad. La regulación del sistema Propioceptivo-Visual-Vestibular se puede ver influida si el deportista tiene presión, preocupaciones externas o diferentes estados anímicos.
Por otra parte, se detallan los factores de riesgo por los que pueden producirse las diferentes lesiones anteriormente mencionadas:
Factores de riesgo
Causas o factores que pueden llevar a un esguince de tobillo:
Bajo tono muscular, que puede desencadenar en :
Desequilibrio de fuerza entre músculos agonistas y antagonistas.
Falta de fuerza de la musculatura sinergista
El tipo de calzado.
Retracción o acortamiento del tendón de Aquiles.
Pie cavo varo o torsión tibial externa.
Hiperlaxitud ligamentosa.
Lesión previa.
Disminución del rango de dorsiflexión.
Elevado arco longitudinal del pie.
Elevada velocidad de desplazamiento sin control.
Causas o factores que pueden desencadenar en una lesión ósea:
Fuerzas mecánicas externas que inducen cambios adaptativos en la estructura ósea.
El estrés puede causar el desarrollo de una fractura cortical.
Malnutrición.
Desajustes menstruales.
Desequilibrios biomecánicos (como pies planos, dismetrías de miembros inferiores o aumento del ángulo Q de la rodilla).
Causas o factores que pueden llevar a una lesión en el pie:
Al ser la parte del cuerpo en contacto con la superficie de apoyo, un factor de riesgo es el impacto que recibe directamente.
La alineación del pie.
Tener la bóveda plantar excesivamente elevada como excesivamente plano.
Una asimetría en la elevación del arco transverso.
Deformidad en el arco transverso que se asocia con el síndrome de estrés tibial medial.
Lesiones por sobrecarga.
Se considera que los factores predisponentes para una lesión de este tipo podrían darse en técnica de carrera, la fuerza muscular, la flexibilidad y la morfología del pie.
Otros factores que pueden causar lesiones:
Miedo a volver a lesionarse. (aspecto primordial a trabajar en recuperación y readaptación deportiva, ya que condiciona directamente la estabilidad).
En cuanto a la metodología que usaron en el estudio:
Se puede dividir en dos partes:
Un análisis previo de dos diferentes estudios realizados a partir de campeonatos internacionales.( Campeonato del Mundo de Atletismo celebrado en Daegu (Corea del Sur) en 2011 y Trials Olímpicos de Estados Unidos de 2016, el campeonato clasificatorio para los Juegos Olímpicos.
Su propia intervención a una población estudio de un método de entrenamiento preventivo dirigido a los atletas especializados en saltos y velocidad. Justificando su propuesta en que la explosividad de estas pruebas requiere una gran estabilidad en el momento del apoyo, para conseguir la máxima reactividad posible, y por lo cual es importante analizar y trabajar las posibles lesiones que puedan conllevar.
En su propia intervención siguieron la siguiente metodología: estudio llevado a cabo en un grupo de entrenamiento de Valencia. En ese grupo se encuentran: saltadores, velocistas y vallistas y atletas de pruebas combinadas. Estos últimos reúnen varias pruebas en las que hay saltos, velocidad y lanzamientos.En concreto, han contado con dos saltadores, tres velocistas, dos vallistas y un atleta de pruebas combinadas. Dos de ellos hombres y seis mujeres, con edades comprendidas entre 16 y 23 años. Todos de raza caucásica.
Los criterios de inclusión utilizados en su estudio han sido tener entre 15 y 25 años, ser atleta de saltos o velocidad, entrenar en Valencia, asistir a los entrenamientos mínimo 3 días por semana y ser profesional. (Considerandose como profesionales aquellos que participan en competiciones oficiales de la federación).
Por otro lado, los criterios de exclusión utilizados han sido tener algún tipo de lesión musculoesquelética o nerviosa en la actualidad o haberla sufrido en los últimos 6 meses, presentar un cuadro de dolor crónico y haber tenido alguna intervención quirúrgica musculoesquelética que pueda comprometer la estabilidad.
Llegan a la conclusión de que es importante el análisis individual de cada deportista, ya que, según el fisioterapeuta Carlos Martín, “todos tienen algún déficit predisponente a lesión”.
En cuanto a los estudios analizados, más detalladamente, en el estudio que contempla el Campeonato del Mundo de Atletismo celebrado en Daegu (Corea del Sur) en 2011 se registraron 1851 atletas. Se reportó un total de 249 lesiones, de las cuales un 48% resultaron en tiempo de baja deportiva. El principal segmento lesionado fue el miembro inferior (74%). La lesión con mayor incidencia fue la rotura muscular en el muslo (especialmente de isquiosurales), seguida del esguince de tobillo, calambres en músculos del tronco y roturas musculares en el tríceps sural. La causa predominante fue la sobrecarga.
En el segundo estudio que fue llevado a cabo en los Trials Olímpicos de Estados Unidos de 2016 las lesiones musculares fueron las más prevalentes en competiciones atléticas internacionales entre 2007 y 2015.
En los atletas estudiados, la mayor incidencia correspondía a lesiones crónicas o por sobrecarga.(27.5%.)
Las lesiones de miembro inferior representaron tres cuartas partes de las lesiones tratadas. Las de mayor incidencia fueron roturas musculares (especialmente de los músculos isquiosurales), seguidas tendinosis y lesiones en el pie.
Entre los atletas que requirieron de servicios médicos, destacan las especialidades de saltos (21%), seguidos de lanzamientos (17.9%), vallas (17.1%) y velocidad (16.6%)
Por lo cual de estos estudios previamente analizados sacaron resultados tales como que de los 211 atletas de la selección nacional de atletismo de Estados Unidos, 61 tuvieron lesiones óseas por estrés en un periodo de estudio de 5 años.
Los huesos más afectados fueron la tibia (51%) y los metatarsianos (21%).
Las mujeres tienen mayor incidencia de fracturas por estrés (7%) en comparación con los hombres (2%).
Las lesiones óseas en mujeres son de mayor gravedad.
Las fluctuaciones hormonales afectan a la mineralización ósea y disminuyen su resistencia.
Se ve necesario incluir las historias de lesiones previas para determinar los factores de riesgo y prevenir lesiones.
ARTÍCULO 3
La rodilla está situada entre las articulaciones lesionadas con mayor frecuencia. Sobre todo, las lesiones en la rótula y el tendón rotuliano representan casi el 30% de las estructuras de la rodilla lesionadas en deportistas. Además, entre los atletas de élite, la tendinopatía rotuliana representa más del 14% de todas las lesiones, y casi el 32% y el 45% de las lesiones en el baloncesto y voleibol, respectivamente. El resultado más común asociado con las lesiones del tendón rotuliano fue la pérdida de participación y la duración de los síntomas asociados con el TP puede exceder los 30 meses.
La “rodilla de saltador” puede sugerir que este síndrome ocurre con mayor frecuencia en deportes que requieren saltos repetidos. Sin embargo, la mayoría de los investigadores están de acuerdo en que debería ampliarse para incluir a los participantes en cualquier actividad que conduzca a una sobrecarga crónica de los cuádriceps debido a movimientos que requieren una aceleración y desaceleración rápidas, un corte rápido y / o movimientos repetitivos de rodilla en cadena cinética abierta. Los participantes con TP mostrarían una mayor flexión de cadera y rodilla en el contacto inicial y una mayor flexión máxima de cadera y rodilla, así como un mayor desplazamiento angular durante el aterrizaje.
A partir de datos obtenidos en un estudio previo, realizado por Bisseling RW et al, se determinó una muestra de 60 sujetos de entre 18-35 años con una media de actividad física semanal ≥90 minutos. De entre esos sujetos; 30 pertenecían al grupo control, siendo estos sanos, y a los otros 30 se les diagnosticó tendinopatía rotuliana. Los criterios de inclusión para este último grupo fue; presentar únicamente dolor en el tendón rotuliano, consciencia de dolor dentro del tendón tras realizar diversas tareas (saltar, cuclillas, etc.) o bien la presencia de una función disminuida determinada por la escala de evaluación rotuliana del Victorian Intitute of Sport Assesment (VISA-P) ≤80 .
Posteriormente se emparejo a los sujetos por sexo, edad, altura y peso. Mediante el modelo Plugin-Gait, para el cual se colocaron marcadores retrorreflectantes en puntos anatómicos de las extremidades inferiores para observar su comportamiento. Los participantes realizaron 3 saltos verticales máximos y luego un salto de dos piernas desde un cajón de 40cm a la plataforma de fuerza seguido de un salto vertical para finalizar con un aterrizaje con ambas piernas. Una prueba exitosa fue aquella en que los participantes aterrizaron con las 2 piernas en la plataforma de fuerza.
Para el análisis de los resultados todos los datos cinemáticos se procesaron a través del software Vicon Workstation. Las ubicaciones espaciales de los marcadores retrorreflectantes se transformaron en coordenadas tridimensionales utilizando el método Workstation. Esto se utilizó para calcular las posiciones segmentarias y los ángulos articulares de las extremidades inferiores.
Los datos mostraron que los participantes con tendinopatía rotuliana realizan diferentes estrategias biomecánicas durante el aterrizaje para disminuir la sensación de dolor de la tendinopatía rotuliana.
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